“Sobre la aldea, el castillo Amsel se comporta
como lo haría la luna, parece visible desde todas partes. En el pasado debió servir
para defender esta tierra contra otomanos y húngaros, pero en la actualidad los
lugareños no viven a gusto bajo su sombra…”
“Mientras escribo puedo ver la silueta mellada de
la fortaleza a través de mi ventana y vuelvo a pensar que tal vez me he
propuesto hacer algo monstruoso.”
En
este nuevo capítulo de Ludja, una pareja de viajeros cruza Europa hasta llegar
a una aldea de esas que quedan sin nombre y fuera de los mapas, la clase de
lugar en el que el propio tiempo se comporta de manera extraña permitiendo
incluso que, a veces, lo que no debería existir encuentre su forma de hacerlo…
o de volver a hacerlo.
Todavía
inspirándome en una concepción clásica del vampirismo, en este capítulo asistiremos
a la recreación de uno de esos momentos que pueden encontrarse en muchas de las
viejas películas del género, el momento del retorno, cuando lo que es cenizas crece
de nuevo enredándose a través de huesos olvidados hasta recuperar la carne, el
rostro y el hambre. Con una variante erótica, por supuesto… Si la sangre no es
suficiente, ¿qué otra semilla de la vida podría hacer que lo que está muerto
deje de estarlo?
Espero
que os guste, y que me perdonéis por recordaros que, en caso de ser así, si
decidieseis ayudarme a través de Patreon, un simple dólar por vuestra parte
sería como la semilla de la vida para mí, y me ayudaría a seguir adelante con
esta historia. :)